Cuando Nos Encuentren Y No Despertemos

Mañana se cumplen dos semanas desde que dejé de fumar. Ha sido fácil creo, la verdad es que no me dan tantas ganas, pero igual hecho de menos tener un cigarro en mis manos, es por eso que parte de mi "tratamiento" es tomar un cigarro cuando me dan ganas de fumar, jugar con él, mirarlo, pero no fumarlo.

Fume por primera vez cuando iba, creo, en séptimo básico. Nunca fumé mucho, en la semana casi nunca, aunque los fines de semana, en carretes y conversaciones podía fumar más de diez en sólo unas horas. Maaaaaal. La campaña de don Miguel y sus amigos no funcionó conmigo, tapaba las fotos y me olvidaba de lo que podía pasar con mis dientes o con mis pulmones. Un par de veces fumar me dio asco, recuerdo algunos días de otoño, con la contaminación al máximo y yo fumando... asqueroooosoooo, lo peor. Pero no podía dejar de hacerlo: pruebas, trabajos, cosas en la cabeza, estreeeeeesssss... solución (aunque en verdad no me calmaba tanto): un amigable cigarro.

La cosa es que ahora deje de fumar y espero poder dejarlo por siempre... Lo máximo que he durado han sido como tres meses, pero tarde o temprano he vuelto a probarlo... no se porqué. Llega un momento en que lo extraño y lo necesito o veo a otros fumar y me dan muchas ganaaas... No quiero fumar, hace mal y no quiero que me haga mal. Mis pulmones ya deben estar pa la embarrá, de hecho sólo con vivir en Santiago estamos destinados a que nuestros pulmones sean una cosa negra... si fumamos es peor... No quiero estar peor.

También dejé el alcohol, aunque sólo por un par de semanas jajajaja... me estoy convirtiendo en una persona sana, lo se... la primavera ha provocado algo extraño en mis actitudes... me estoy convirtiendo en una señorita, comenzaré a usar faldas y ropa rosada y a lavarme el pelo y a peinarlo también...

mmm o quizás no.